Entonces él le cogió la cara con ambas manos, la miró, analizó su rostro, no quería que esa imagen se borrara nunca de su mente, y luego la besó. Pero fue un beso dulce, inocente, no tenía comparación con los anteriores, este era mucho mejor. Cuando se separó de ella no tenia duda alguna, la amaba como nunca antes había amado a alguna otra mujer. Pegó su frente a la de ella y con un susurro le dijo 'te quiero'.
Ella no podía creer lo que oía. Después de tantos años enamorada de él y, ahora por fin él se había fijado en ella...
-¿Cómo dices?
-Te quiero, te quiero. He tardado en darme cuenta, pero ahora estoy completamente seguro que eres tú. Tú, la que siempre soñé, la que siempre busqué. Tan cerca y tan lejos. Pero ahora sí, ahora sé que te quiero, que te amo. Y, óyeme bien,¡no voy a dejar que te vayas de mi vida!
-¿Y eso cómo vas a hacerlo?
-Voy a enamorarte todos y cada uno de los días de mi vida. Voy a demostrarte que ningún hombre podrá amarte como yo lo hago. Te amo mi princesa, desde hoy y para siempre.
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