lunes, 12 de noviembre de 2012

Crónica de un viaje

Aunque esta vez me costó más que las anteriores, era cuando mas lo necesitaba. Necesitaba este viaje por encima de cualquier cosa para aclararme, y para pensar en mí y dejar de lado a todos. Aparte de sumarle nuevas aventuras y nuevas amistades a mi larga trayectoria en ambas cosas.
Todo empezó el pasado domingo a las 13:00h cuando me subí en el autobús camino a Madrid, ahí empezó mi espacio. Nueve horas de viaje en los que descansé del mundo, sin Internet, sin nadie preguntando, sólo yo y mi música, bendita música que nunca me abandona. Llegada a Madrid a las 21:30h. Descansar y despertarme en un lunes lleno de emociones, conocería a gente nueva, nuevas amistados y estaría involucrada en una nueva locura nunca antes realizada, aunque casi siempre por ellos dos...
Los próximos tres días fueron de compras, de paseos, de pensar, y sobretodo, de charlar con mi tía, me ayudo mucho hablar con ella, es con una de las pocas personas con las que me expreso, aunque eso sí, no todo lo que yo quisiera, aunque eso no lo hago con nadie, aún no llegó esa persona.. Llegamos al viernes, penúltimo día, mañana de compras y tarde de juventud. Paseando por pleno centro de Madrid con una nueva amiga con la que pude desahogarme un poco más. Último día, mañana de souvenirs para los pequeños y no tan pequeños y tarde de sofá y televisión, para salir de casa a las 22:45h y coger el bus a las 00:00h, ese bus que me traería de vuelta a mi realidad. Llegada a San Fernando a las 7:45h. El peor trayecto jamás contado. Un fallo en una de las válvulas de suspensión del autobús nos hace viajar dando saltos durante todo el camino, insoportable, incómodo y muy irritable, aunque, al menos, llegamos sanos y salvos. Y lo mejor de todo.. fue ver la cara de alegría de mis pequeños al verme llegar.
Lo que peor llevé de todo el viaje, fue el echar tanto de menos a mis hermanos, pero aún así, estoy deseando volver... Volver a ti...